El legado del tercer ciclo del Programa de Buenas Prácticas para la Movilidad Urbana de UITP – División de América Latina. Parte 1 – Los impactos de la pandemia. Por Valeska Peres Pinto, coordinadora del Programa.

Categoría: Notas

Publicado en 10 Feb 2022

4 minutos

El legado del tercer ciclo del Programa de Buenas Prácticas para la Movilidad Urbana de UITP – División de América Latina. Parte 1 – Los impactos de la pandemia. Por Valeska Peres Pinto, coordinadora del Programa.

Valeska Peres Pinto

El 2 de diciembre de 2021, se anunciaron los ganadores del Programa de Buenas Prácticas de Movilidad Urbana, de la Unión Internacional de Transporte Público (UITP), División América Latina – Ciclo 2020/2021.

Se premiaron y destacaron proyectos en tres categorías: Comunicación y marketing – Recuperar la confianza en el sector y priorizar las necesidades de los clientes; Gobernanza – Aumentar la productividad y el equilibrio económico para garantizar la prestación de servicios; Valores institucionales y marca.

Este fue el tercer ciclo de este Programa. Los dos primeros tuvieron lugar en bienios anteriores, con finalización en los congresos mundiales de la UITP: en 2017, en la Cumbre de la UITP en Montreal, Canadá y en 2019, en la Cumbre de la UITP en Estocolmo, Suecia.

En 2021 el Programa finalizó en un evento virtual, realizado el 2 de diciembre, ante la cancelación del congreso de Melbourne, Australia, debido la pandemia de Covid-19.

El cuarto ciclo se estrenará el próximo mes de marzo. Pero antes de hablar del futuro ciclo, conviene evaluar cuáles han sido las grandes tendencias y los principales legados de este tercer ciclo, que fue marcado por Covid-19. Y eso es lo que me propongo hacer en esta serie de artículos elaborados especialmente para Mobilitas y que se publicarán con un intervalo de unos días entre uno y otro en este mes de febrero de 2022.

IMPACTOS

Pues bien, como no podía ser de otra manera, la pandemia, que afectó a todo el mundo – a todas las organizaciones, a la economía, a la sociedad –, también afectó al Programa de Buenas Prácticas de Movilidad Urbana.

Así pues, con el ánimo de comprender cuáles fueron los legados y cómo afectó este acontecimiento al sector, me gustaría hacer aquí algunas consideraciones.

El Programa busca destacar, difundir y replicar la Comunicación, un factor que se ha convertido en un elemento importante en las acciones a varios niveles del segmento de la movilidad urbana.

De hecho, la Comunicación ya no es un factor marginal, lateral o complementario, sino estratégico. Y está presente en todos los niveles de las actividades de la organización.

En otras palabras, es necesario subrayar que este es el objetivo del Programa: demostrar que la Comunicación no se limita a la dimensión de las organizaciones implicadas en la movilidad urbana ni a quienes utilizan los servicios e infraestructuras de estas organizaciones, a los que llamamos clientes o usuarios. ¡No!

De hecho, la Comunicación también tiene lugar a nivel interno, a nivel de gobernanza, a nivel de gestión, en la implementación y promoción de los servicios y el mantenimiento de las infraestructuras.

Y la Comunicación también es esencial para transmitir los valores institucionales estratégicos.

Y es por todo ello que el Programa contempla la inscripción de proyectos en estos tres ámbitos expresados en sus tres categorías Comunicación y Marketing, Gobernanza y Valores Institucionales y Marca.

Bueno, cada uno de ellos se vio afectado por la pandemia. Covid-19 afectó a todas las actividades. Y podemos empezar diciendo que el Programa fue capaz de ajustarse para afrontar esta situación. Para ello, contó con el apoyo de la Comisión Permanente de Comunicación y Marketing, oportunamente creada en la UITP – División América Latina.

Precisamente por la adaptación del Programa al conjunto de situaciones creadas por la pandemia, fue posible captar los impactos de Covid-19 en cada uno de estos ámbitos de actuación.

Y no sólo eso. El programa también fue un instrumento para superar estos impactos, que en muchos casos fueron abrumadores. Me refiero a los impactos en la demanda, los ingresos, la confianza en relación con las organizaciones, entre otros.

Y, teniendo en cuenta las indicaciones y los proyectos inscritos en el tercer ciclo, y el éxito que tuvieron, podemos decir que el Programa de Buenas Prácticas para la Movilidad Urbana consiguió actualizarse y prepararse para el siguiente periodo: el final de la pandemia o el periodo pospandémico.

En los siguientes artículos, que se publicarán en unos días, analizaremos cómo cada una de las categorías del programa y los proyectos inscritos en ellas muestran las reacciones de las organizaciones de transporte público en América Latina ante el conjunto de situaciones críticas que trae consigo Covid-19.

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