Los fondos públicos son la forma de viabilizar el transporte público durante y después de la pandemia, dice el empresario brasileño de transporte urbano por autobuses Edmundo Pinheiro

MARCIA PINNA RASPANTI

Edmundo Pinheiro es presidente del grupo HP Transportes, que incluye a las empresas HP Transportes Coletivos, en Goiânia, en el estado brasileño de Goiás, y Urbi Mobilidade, en Brasilia, capital nacional de Brasil. También es asesor de la Asociación Nacional de Empresas de Transportes Urbanos (NTU), que congrega das empresas de transporte por autobuses.

En esta entrevista, analiza los efectos de la pandemia en el transporte de pasajeros, incluidos los impactos que deberían sentirse durante varios meses, incluso después del fin de las medidas restrictivas.

Hablando de la realidad brasileña, dijo: “Creo que, a medida que la pandemia disminuya, la actividad económica se reanudará lentamente y, de esta manera, el transporte público probablemente seguirá enfrentando una demanda aún reducida. Por lo tanto, el transporte público necesitará apoyo público para brindar más seguridad y calidad de servicio a fin de reactivar la confianza de los pasajeros que pueden tener miedo de compartir el espacio con otras personas”.

El empresario entiende que la crisis generada por el coronavirus podría acelerar los cambios que ya se estaban produciendo en el sector de la movilidad y el transporte de pasajeros. “Creo que la innovación en este punto debe orientarse a repensar el modelo de negocio del sector, en el que el cliente será el poder público y este es el que debe relacionarse con el cliente final, es decir, el usuario de los servicios. Antes de esta crisis, el foco había estado en las nuevas tecnologías para contribuir a la eficiencia de los procesos, a la mejora de los servicios (productos) y también dedicamos mucha atención al desarrollo y cambio de mentalidad de las personas que trabajan en empresas de transporte”, dice. Otro punto importante es el papel del gobierno, ya que el transporte público es un servicio público esencial.

Esta entrevista fue publicada originalmente en el Anuario de Autobuses y Movilidad Urbana 2020, por OTM Editora, Brasil.

ANUARIO – La pandemia afectó fuertemente al sector del transporte público debido a las medidas de aislamiento social. ¿Cuáles deberían ser los efectos para el sector en los próximos meses?

EDMUNDO PINHEIRO – La pandemia ha demostrado ser un evento definitivo para la interrupción del transporte público en Brasil. Porque, si bien se considera un derecho social previsto en la Constitución Federal, el sistema de transporte público era visto en la mayoría de las ciudades brasileñas como un servicio privado y, por lo tanto, no necesitaba la participación de las autoridades públicas. La crisis demostró que el transporte público, que es un servicio público fundamental, se vio afectado por medidas restrictivas y terminó por quedarse sin recursos para mantener el sistema en funcionamiento. Demostró que ya no se puede financiar únicamente con la tarifa que pagan los usuarios, como es el caso de la Región Metropolitana de Goiânia y en la mayoría de ciudades y capitales de Brasil. Creo que, a medida que la pandemia disminuya, la actividad económica se reanudará lentamente y, de esta manera, el transporte público probablemente seguirá enfrentando una demanda aún reducida. Por lo tanto, el transporte público necesitará apoyo público para brindar más seguridad y calidad de servicio con el fin de revivir la confianza de los pasajeros que pueden tener miedo de compartir el espacio con otras personas.

ANUARIO – ¿Qué hacer para reducir estos impactos?

EDMUNDO PINHEIRO – Realmente es un momento para repensar el modelo de financiación, con el objetivo de apoyar y transformar los modelos de contratos de concesión de transporte público. La financiación del transporte público únicamente con tarifas ha sido un desafío continuo y la creación de fondos públicos parece ser la forma inevitable de permitir el mantenimiento y la mejora de los servicios durante y después de la pandemia, como ya es el caso en los países más desarrollados de todo el mundo.

ANUARIO – En términos de movilidad, ¿debería la pandemia provocar cambios profundos en la forma en que las personas se mueven?

EDMUNDO PINHEIRO – Nos estamos dando cuenta de que, como resultado de esta pandemia, los sistemas de transporte deben evolucionar para comprender las nuevas necesidades de viaje de las personas. Pueden aparecer nuevas opciones de transporte para reducir el contacto entre personas durante el viaje. Y la necesidad de moverse se está modificando, por ejemplo, debido a la expansión del teletrabajo, la educación a distancia, la telemedicina, las aplicaciones de entrega y la expansión del comercio electrónico.

ANUARIO  – ¿Debería el transporte bajo demanda ser una tendencia? ¿Cómo afectó la pandemia al servicio CityBus 2.0?

EDMUNDO PINHEIRO – En HP Transportes creemos que el transporte bajo demanda y la movilidad compartida tienen una participación importante en el mercado del espacio urbano y que estas soluciones deben crecer cada vez más junto con los avances tecnológicos. Sin embargo, es importante señalar que la solución bajo demanda es muy eficiente en viajes de corta distancia e ineficaz en viajes de larga distancia. Esto convierte al transporte público en el modo de desplazamiento estructural de las ciudades. La pandemia nos golpeó cuando el servicio se estaba expandiendo y provocó que la demanda se redujera en un 80%, pero también creó una ventana de oportunidad para crear nuevas soluciones que ya se están desarrollando y que pronto se podrán probar.

ANUARIO – ¿Debería intensificarse el uso de aplicaciones para el transporte?

EDMUNDO PINHEIRO – Esta es una respuesta complicada. Creo que el cambio provocado por la pandemia cambiará la forma de moverse de las personas, ya que las aglomeraciones se consideran vectores de la enfermedad. Tal situación debilitará los viajes compartidos en autos pequeños como es el caso de Uber y también en vehículos sin prueba de una correcta higiene. Por eso creo en servicios compartidos por vehículos de mayor capacidad, en los que las personas puedan estar más dispersas dentro del minibús, y con el apoyo de empresas que se destaquen por garantizar una mejor higiene del vehículo, y se deben intensificar las medidas de seguridad. Las soluciones como Uber y 99 que usan controladores autónomos y sin un estándar de calidad específico pueden ser las mayores perdedoras en el período que se seguirá a la pandemia.

ANUARIO – ¿Cómo puede el gobierno ayudar a los operadores de transporte?

EDMUNDO PINHEIRO – Es importante que las autoridades públicas asuman su papel, ya que el transporte público es un servicio público fundamental. No estamos pidiendo ayuda para las empresas concesionarias, sino resaltando la importancia de este servicio para los usuarios que lo necesitan incluso para sus actividades básicas. Destaco que sin la participación del Estado en el costo del transporte público no se sostendrá. Lo que pedimos es que el “propietario” diga cómo pretende equiparar el mantenimiento de la oferta de transporte público en un escenario en el que sus usuarios ya no puedan financiar estos servicios.

ANUÁRIO – ¿Cómo pueden la tecnología y la innovación ayudar a los operadores de transporte público en este momento?

EDMUNDO PINHEIRO – Creo que la innovación en este momento debe orientarse a repensar el modelo de negocio del sector, en el que el cliente será el poder público y éste es el que debe relacionarse con el cliente final, es decir, el usuario de los servicios. Antes de esta crisis, el foco había estado en las nuevas tecnologías, para contribuir a la eficiencia de los procesos, a la mejora de los servicios y productos. También prestamos mucha atención al desarrollo y cambio de mentalidad de las personas que trabajan en empresas de transporte. Ahora, la profundidad de la crisis derivada de la pandemia de Covid 19 sugiere que la transformación no está solo en la digitalización del sector, lo que implica un cambio en las bases sobre las que se ha apoyado el negocio desde sus inicios. El problema es estructural y la tecnología por sí sola no puede resolver el problema. Es importante tener en cuenta que las crisis son aceleradores naturales de que las transformaciones se produzcan más rápidamente, y es seguro que las ciudades seguirán necesitando transporte público colectivo, ya que no hay mejor forma de lograr una movilidad urbana más sostenible.