Categoría: Notas
Publicado en 7 Oct 2019
3 minutos
El Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones de Chile, en conjunto con el Directorio de Transporte Público Metropolitano y el Transport Gender Lab del BID (una red de ciudades que piensan en adaptar sus sistemas de transporte público a las necesidades de las mujeres usuarias), presentó recientemente los resultados del estudio Inclusión Laboral Femenina en Labores de Conducción del Sistema de Transporte Público de Santiago, que reveló beneficios significativos de la incorporación de mujeres a un rubro caracterizado históricamente por su fuerza laboral masculina.
SIETE CAPÍTULOS
Los primeros dos capítulos tratan, respectivamente, los antecedentes y la metodología del estudio. Los siguientes tres capítulos discuten la parte sustantiva del tema.
El tercer capítulo, titulado Mujeres en Transantiago, aborda puntos como el ingreso de las mujeres al sector transporte público, factores de género que dificultan la incorporación de conductoras, perspectiva de género en las empresas y medidas de políticas públicas a favor del acceso de mujeres a Transantiago.
Efectos de la incorporación femenina es el título del cuarto capítulo, que contesta a indagaciones como ‘¿por qué ser conductora?’, ‘¿cuánto ganan al mes?’, ‘¿qué las motiva?’ además de tratar aspectos como autoestima, desempeño y clima laboral.
El quinto capítulo, Barreras y Facilitadores, indica como barreras que dificultan la retención los siguientes factores: falta de políticas de conciliación de la vida laboral y familiar y malas condiciones de infraestructura, y entre los facilitadores para el desempeño y retención las condiciones salariales, tener buenos procesos de inducción que permitan realizar prácticas en los buses y conocer los recorridos antes de trabajar de manera comercial en ruta con pasajeros, contar con red de apoyo y con la flexibilidad de las empresas y tener vocación de conductora.
Los dos capítulos finales traen las conclusiones y recomendaciones. Una de las recomendaciones es que desarrolle una estrategia pública integral e intersectorial que dinamice y facilite una mayor disponibilidad de mujeres conductoras que puedan ser contratadas por las empresas.
También se recomienda promover el desarrollo de políticas de igualdad de género al interior de las empresas, como se realiza en otras industrias masculinizadas (minería, construcción). Y, aún, promover la adopción de políticas de RRHH integrales en las empresas, que fortalezcan el desarrollo de las conductoras y de los conductores.
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