Con una flota de escasos 400 ómnibus urbanos, Luanda, capital de Angola, enfrenta desafíos en la movilidad

Categoría: Información

Publicado en 24 Sep 2018

7 minutos

Con una flota de escasos 400 ómnibus urbanos, Luanda, capital de Angola, enfrenta desafíos en la movilidad

Con una flota de escasos 400 ómnibus urbanos, el transporte clandestino realizado en candongas y motorizadas es la opción más usada por quienes no tienen automóvil

MÁRCIA PINNA RASPANTI

Angola es un país que enfrenta serios problemas de movilidad. Luanda, provincia más poblada del país, cuenta con una flota de 400 ómnibus urbanos, que circulan principalmente en las regiones centrales. Durante las horas pico, generalmente se abarrotan de pasajeros. Sin embargo, las dueñas de las calles son las candongas, famosas camionetas azules y blancas que funcionan como colectivos aquí en Brasil. Otro medio de transporte del cual la población hace mucho uso son los mototaxis o motorizadas, motocicletas con o sin compartimiento de carga, muy populares en las provincias. También existe el transporte ferroviario de pasajeros y, en menor escala, el marítimo.

En el centro de Luanda hay vías nuevas y bien conservadas, como la marginal de la Baía de Luanda, pero aún existen muchas calles de tierra, gran parte de ellas en malas condiciones. Es raro notar la presencia de semáforos, que se concentran en los lugares recientemente readecuados. Los congestionamientos son comunes, principalmente en los horarios pico. La provincia de Luanda tiene entre seis y siete millones de habitantes, mientras que en el municipio del mismo nombre —la capital del país— viven aproximadamente 2,5 millones de personas. Los angolanos suelen recorrer grandes distancias a pie y, curiosamente, a pesar de los problemas de locomoción y de la topografía favorable, el uso de bicicletas no está muy difundido.

Cuando se idealizó el proyecto de transporte escolar Avante, que suministrará dos mil vehículos para el transporte de estudiantes, la primera intención era implantar un sistema de transporte colectivo para toda la población y ofrecer el pase social (equivalente al pase escolar en Brasil) a toda la grey estudiantil. “Nos deparamos con un problema: la falta de transporte público. Tan solo en Luanda, tenemos un déficit de 1800 a 2000 ómnibus. Nos dimos cuenta de que introducir esos 1500 vehículos nuevos en la red de transporte sería un error, porque no podríamos atender a los estudiantes, principal objetivo de Avante”, explica NoéliaAssuilo Costa, directora general del Ministerio de Transporte de Angola.

Según Costa, los ómnibus urbanos solo circulan en Luanda. “En las demás provincias, tenemos mucha dificultad de implementar el sistema urbano. Entre los años 2009 y 2010 se adquirieron casi dos mil vehículos para esa finalidad, pero tenemos un problema cultural con respecto a esto. Los angolanos suelen cargar bultos y, como no pueden transportarlos en los ómnibus urbanos, optan por otros medios de transporte, como las candongas y las motorizadas. En la práctica, los ómnibus urbanos funcionan como intermunicipales, porque, si no lo hacen, terminan circulando vacíos, ya que la población no se adhiere al transporte urbano”.

El ministerio tiene planes de realizar una inspección en las provincias en el mes de julio para verificar si los ómnibus urbanos están funcionando realmente. “Intentaremos trazar una estrategia en función de lo que observemos. Podemos pensar incluso en cambiar la tipología del transporte y hasta optar solo por el (ómnibus) interprovincial”, afirma Costa. El poder público no tiene datos precisos sobre el transporte alternativo. Se estima que la flota de candongas oscile entre los diez mil y los veinte mil vehículos. “Es difícil inspeccionar, pero estamos trabajando para establecer reglas en el licenciamiento para mejorar el control y también crear una base de datos, con todos los vehículos registrados. Como es un segmento dinámico, en el que cada año surgen nuevos emprendedores, es difícil tener números exactos, pero nos esforzaremos para obtenerlos”.

OPERACIÓN

En Luanda, son tres las empresas que realizan el transporte urbano: Tcul (Transporte Colectivo Urbano de Luanda) y las privadas Angoaustral y Macon, con fuerte actuación en las líneas interprovinciales. Tcul cuenta con 240 vehículos, adquiridos por el gobierno central hace aproximadamente un año, de los cuales 185 son urbanos, 25 interprovinciales y 30 para alquiler. “Estamos trabajando para equilibrar la rentabilización de la empresa. Tenemos un gran desfasaje en la tarifa, que es de 50 kwanzas (equivalente a R$ 0,80) y no se reajustó durante los últimos diez años. Para tener una idea, el transporte en candonga cuesta 150 kwanzas o más”, explica Énio Renato Costa, administrador técnico de Tcul.

Según Énio Costa, hay estudios que indican que la provincia de Luanda tiene un déficit aún mayor que el estimado por el ministerio, de aproximadamente seis mil ómnibus. “La población creció mucho desde que Tcul fue fundada, en el año 1989. Y la flota, lamentablemente, no acompañó ese movimiento. Hoy por hoy tenemos ómnibus de diez marcas diferentes y doce modelos, lo que dificulta el mantenimiento y la formación de un depósito de repuestos. El gobierno central adquiere los ómnibus de acuerdo con el precio y las condiciones de financiación y por eso la flota es tan variada”, explica. La empresa transporta 2,5 millones de pasajeros al mes. En las calles se pueden avistar modelos de diversas marcas, con predominancia de brasileñas y chinas.

El mal estado de las calles y la baja cualificación de los conductores son desafíos que la empresa enfrenta. Para mejorar la formación de los conductores, Tcul cuenta con la escuela de manejo y se prepara para inaugurar, en diciembre, un centro de cualificación para esos profesionales. “Hemos intentado perfeccionar la calidad del manejo para prestar un buen servicio a la población y preservar la flota. Hemos logrado excelentes resultados con clases de ‘sensibilización y actualización’, que fomentan la toma de conciencia de los profesionales y abordan la seguridad en el tránsito”, afirma Énio Costa.

Con la escuela de manejo, la empresa ya logró reducir significativamente la cantidad de accidentes. “Las clases marcan una gran diferencia. Antes, registrábamos casi un accidente pequeño u ocurrencia negativa por día, con un promedio de 20 a 25 eventos al mes. Ahora, esa cantidad no pasa de 14 al mes”, informa Énio Costa. Otra dificultad es la falta de paradas de ómnibus señalizadas y de terminales adecuados. Tcul opera en todas las líneas de la provincia de Luanda. “Somos una empresa pública y prestamos servicio a toda la población, incluso con una flota insuficiente”.

A pesar del escenario desafiador, el administrador de Tcul es optimista y ve un gran potencial para la empresa y para el transporte público en general. “La demanda es grande. El gobierno trabaja para mejorar las condiciones de las calles y de las carreteras. Si logramos actualizar las tarifas y si continuamos invirtiendo en la formación de conductores y cobradores, creo que lograremos mejorar las finanzas de la empresa y ampliar el servicio prestado. Hay mucho por hacer, principalmente en las zonas periféricas, porque el sistema de transporte público no acompañó las necesidades de la población”.

Macon fue la primera empresa privada que entró en operación en el transporte público de Luanda. Actualmente, la empresa actúa en 11 rutas, con 70 ómnibus urbanos. En el transporte interprovincial, la empresa está presente en todo el país, excepto en la provincia de Cabinda. A comienzos del año, Marcopolo entregó 34 unidades del ómnibus carretero modelo Viaggio 1050, que se utilizarán en rutas intermunicipales de ese país y que forman parte del programa de renovación de flota de la operadora angolana.

Además de los ómnibus, Luanda cuenta con el transporte marítimo de pasajeros, realizado por cuatro catamaranes que interconectan con Cacuaco, Panguila y Macoco. La vía férrea de Luanda es otra opción para la población: con 424 kilómetros de largo, conecta la capital de Angola con Malanje, capital de la provincia del mismo nombre. Otras dos vías férreas principales transportan cargas y pasajeros por el país: la Vía Férrea de Benguela y la Vía Férrea de Moçâmedes, que fueron reconstruidas tras la guerra civil por empresas chinas.

 

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